Vacunación y fiebre
¿Qué ocurre con la fiebre y las vacunas?
Antes de la vacunación
Aunque una infección leve o incluso una elevación de la temperatura no es una contraindicación para la vacunación, fuentes profesionales afirman que es recomendable que el niño no tenga fiebre y esté sano durante al menos una semana antes de la vacunación. Si hay personas con enfermedades infecciosas en el entorno del niño y también puede estar acechándole una infección, es mejor esperar un par de días a que la situación se aclare.
Después de la vacunación
En aproximadamente la mitad de los casos, los niños responden a las vacunas con fiebre o temperatura elevada. Se trata de una reacción natural que indica que el niño está produciendo anticuerpos contra los agentes patógenos incluidos en la vacuna.
Según algunos estudios científicos, parece ser más beneficioso inmunológicamente si no administramos de forma rutinaria fármacos antipiréticos o analgésicos. Los antipiréticos y analgésicos reducen la producción de anticuerpos inmunológicos. Por lo tanto, se reduce la respuesta inmunitaria que la vacuna desea conseguir (138,139,140,141,151). Otros estudios lo contradicen en cierta medida (142,143).
Los resultados también dependen de la vacuna utilizada, de la edad de los niños vacunados, de cuántas veces hayan sido vacunados previamente, del momento en que se utilicen los antitérmicos en relación con la administración de la vacuna y de los antitérmicos que se hayan administrado.
Resumen
No administrar antipiréticos y analgésicos de forma rutinaria ni antes ni después de la vacunación.
En caso de fiebre muy alta e hinchazón o enrojecimiento (inflamación local) en el lugar de la inyección, puede considerarse la administración de agentes analgésicos (140,144).
Si esto ocurre, consulte con su médico.
Aquí encontrará las referencias numeradas correspondientes: Referencias
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Actualización de la versión: 1 de marzo de 2024